La Aldea de San Nicolás, un tesoro en el oeste de Gran Canaria, es mucho más que sus impresionantes paisajes y su clima excepcional. Cada mes de septiembre, este municipio se viste de gala para celebrar sus Fiestas Patronales en honor a San Nicolás de Tolentino, una explosión de cultura, historia y fervor popular.
Prepárate para zambullirte en tres días de tradición que atraen a miles de personas de toda Canarias y el mundo.
1. La Bajada de la Rama: Un Grito de Alegría al Cielo
Si quieres vivir la esencia de la fiesta aldeana, tienes que estar en la Bajada de la Rama. Este acto, que se celebra el 9 de septiembre, es un desfile multitudinario de gente portando ramas de eucalipto, pinos o laurel, que son agitadas al ritmo frenético de las bandas de música (especialmente la Banda de Agaete y la Charanga La Aldea).
- ¿Qué la hace única? Es la manifestación de la alegría en su estado más puro. El ritual tiene raíces en las antiguas ceremonias aborígenes para invocar la lluvia. Hoy, es un río humano de baile y euforia que desciende desde el Almacén de Los Picos hasta la Plaza de La Rama en el Barranquillo Hondo.
- El espíritu aldeano: La gente baila sin descanso bajo el sol, con ese orgullo que te hace sentir que estás en un lugar donde las tradiciones se viven con una intensidad inigualable. El objetivo: purificar el ambiente y prepararse para los días grandes.
2. La Romería-Ofrenda: El Corazón Solidario y Vestido de la Tierra
Tras la euforia de la Rama, el 10 de septiembre llega la jornada más solemne y emotiva: la Romería-Ofrenda a San Nicolás de Tolentino.
- Trajes y Carretas: Es el momento de sacar a relucir los mejores trajes típicos canarios. Carretas artísticamente decoradas, tiradas por yuntas de bueyes o tractores, se llenan de productos de la tierra: frutas, verduras, panecillos, queso y carnes.
- El Sentido de la Fiesta: Esta romería es un acto de profunda solidaridad. Los romeros desfilan por las calles principales para realizar una ofrenda de los productos de la Aldea a su patrón, San Nicolás. Todo lo recaudado se destina a fines benéficos, demostrando que la fiesta también es generosidad y comunidad.
- La Parranda: El ambiente se llena de música folclórica canaria. Las parrandas se encargan de ponerle banda sonora a los productos que se reparten, creando una atmósfera de hermandad.
3. El Charco: El Clímax Ancestral y la Fiesta de la ‘Embarbascá’
Llega el día grande, el 11 de septiembre, con la fiesta que ha puesto a La Aldea en el mapa de las tradiciones ineludibles: El Charco. Declarada Bien de Interés Cultural, esta celebración es la recreación de una antigua técnica de pesca aborigen.
- La Espera: Molienda y Parrandas: Desde la mañana, miles de personas se congregan en los aledaños del Charco, una laguna natural formada en la desembocadura del barranco. Se comparte comida, se baila al son de las parrandas en el popular «Baile del Muelle» y la tensión va en aumento.
- El Anuncio: ¡El Volador! El momento clave ocurre a las 17:00h, cuando un volador (cohete) anuncia el inicio de la fiesta. A ese sonido, la multitud, que espera pacientemente en el perímetro, se lanza al agua del Charco.
- La Pesca de la Lisa: La tradición manda intentar pescar con las manos la mayor cantidad de lisas (un tipo de pez). El agua turbia y la marea humana crean un espectáculo caótico y divertido, conocido popularmente como la embarbascá. Quien coja la lisa más grande tiene el honor de ser el «rey» o «reina» de la jornada.

¿Por qué tienes que ir?
Las Fiestas de La Aldea son un testimonio vivo de la resiliencia de su gente y de la fuerza de sus raíces. No es solo ver un espectáculo; es participar en una de las manifestaciones de cultura popular más auténticas, emotivas y divertidas de todo el Archipiélago Canario.
Marca septiembre en tu calendario. Tienes una cita con la tradición, la alegría y la buena gente de La Aldea.
(Recuerda: Si quieres vivir las fiestas al 100%, planifica tu viaje con tiempo, ya que estos días La Aldea recibe una afluencia masiva de visitantes.)




